A veces, el peor enemigo del golf son los propios golfistas. Lo que sale de boca de los jugadores de golf, en muchas ocasiones, no tiene precio y en este escenario, la figura más perjudicada es la de los principiantes, tiernos y desvalidos neodeportistas, ante esos veteranos y experimentados jugadores con mil batallas en sus bolsas de palos.
Lo que cuento a continuación es una historia que sucedió en el campo de prácticas donde trabajo, la historia es muy curiosa y representativa. La semana en la que los hechos acontecen yo le comento a mi hermano lo bien que había evolucionado el alumno X, lleva apenas un mes practicando y viniendo a clase, ha conseguido un movimiento muy bueno y esta pegando unas bolas realmente buenas para su condición, principiante. Bueno, resulta que X decide ir a practicar lo que estamos viendo en las clases (Las últimas semanas habíamos estado haciendo mucho hincapié en el desplazamiento de cadera en la acción de golpeo y como la cabeza se debe quedar por detrás en el golpeo) y como le estaba saliendo muy bien, yo creo, decidió llamar a un amigo (veterano jugador) para que viera su evolución, X no sabía donde se metía…
El veterano jugador siempre debe hacer gala de su experiencia y aunque no sea necesario, debe dar algún consejo. Yo, toda la acción la divisé desde el otro lado del tee de prácticas y aunque no escuchaba nada, sabía perfectamente lo que ocurría. El veterano jugador de golf aconsejaba a su amigo, X, sobre la extendida y malentendida técnica del giro y desgiro (también conocida como abrir y cerrar la puerta), sin él saberlo estaba haciendo un espectacular alarde de cabezazos y estaba perjudicando seriamente la evolución de su amigo. No se lo que pasaba por la cabeza de X pero su sistema se debia estar colapsado (guerra de neuronas y cruce de circuitos) ante la información chocante de lo recibido en clase y los consejos de su amigo, pero claro, éste es un jugador veterano ¿y que puede hacer un principiante ante esto? pues, hacerle caso. Es entonces cuando X se olvida por completo de su desplazamiento de cadera y de su bonito balanceo que tanto había practicado en las clases y empieza a dar los típicos bandazos con la cabeza hacia un lado y otro propios de la gente que solo piensa en girar y desgirar.
La historia termina en la siguiente clase cuando veo que X le esta pegando bastante peor de lo que lo hizo en las anteriores, además su movimiento había «mal-evolucionado» claramente. Cuando hablamos con él nos comento que se dio cuenta de las informaciones contradictorias a las que le expuso su amigo, pero claro ¿que podía hacer?. OJO GOLFISTAS! Aunque los consejos sean bien intencionados, yo os recomendaría que no los dierais, especialmente si vuestro amigo principiante se esta sometiendo a una formación de golf profesional (significa dirigida e impartida por profesionales, no para profesionales). Si fuera otro caso, en el que el neófito no esta asistiendo a clases y se guía por los consejos de sus amigos, no hay problema , pero al estar dentro de un método de enseñanza, el consejo de golfista veterano si puede ser realmente perjudicial.
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