Afirmar que cada uno tiene su propio swing de golf es un arma muy peligrosa, en boca de un alumno y más peligrosa aún en la de su entrenador.

En mi opinión se debe distinguir únicamente entre dos tipos de swings:

  1. Swing eficaz: consigue golpes exitosos de una manera repetitiva  realizando un cierto número de compensaciones.
  2. Swing eficiente: repite el golpe deseado una y otra vez sin compensaciones ni movimientos innecesarios.

Nadie nace enseñado ni entrenado. Por lo tanto, nadie nace con un swing de golf. El movimiento para golpear un pelota se aprende y se entrena. Si te paras a pensarlo, como todo en esta vida.

Tengo la costumbre de preguntarle a cada alumno sus ideas sobre el swing antes de empezar a trabajar. En el 100% de los casos,, coincide el gesto que realizan con la ideas que tienen sobre él.

El swing que realizas no lo tienes en tu cuerpo , lo tienes en tu cerebro.

Desde el primer  minuto de tu aprendizaje deberías estar aprendiendo las ideas de un swing eficiente.

«Si conoces la fórmula de la coca cola siempre podrás fabricarla».

Si quieres mejorar tu swing debes cambiar tus ideas sobre él o completar la información que te falta.

Se suele poner muchas veces el ejemplo de los jugadores del tour. Se dice que no hay dos swings iguales. Para ello se suele mencionar a los jugadores con lo movimientos heterodoxamente más extremos.

Si miras los brazos y el palo son diferentes ¿ Y si te fijas en el cuerpo?

Incluso los movimientos de estos jugadores tienen muchísimas cosas en común con los más ortodoxos.

¿ Se parecen los momentos de impacto?

Lo cierto es que cada vez son más los jugadores profesionales, que llegan al impacto con la bola por autopista y no por sinuosos senderos.

No te pongas las particularidades de estos  grandes  jugadores, como obstáculo para involucrarte en el proceso de aprendizaje de un gran swing de golf.

Estas son la excusa de los malos entrenadores y el consuelo de los jugadores que no quieren esforzarse.

«En el golf cada uno tiene el swing que se trabaja».