En algún momento, desde que nos iniciamos en el golf, nos planteamos el tiempo que llevamos practicándolo, y nos preguntamos sobre la relación de este con lo que hemos mejorado. En la mayoría de los casos, tendemos a pensar que nuestro nivel de maestría es muy bajo en relación con el tiempo que le hemos dedicado. Yo estoy convencido que, si contamos bien la horas, la realidad es otra.

Vamos a poner de ejemplo a una persona que decide iniciarse en el golf. Para ello se apunta a clases durante un año, asistiendo 1 vez por semana.

Sumando, al final del año habrá acumulado aproximadamente un total de 48 horas de práctica. Te puedo asegurar, que esta persona diría a sus amigos que lleva practicando golf 1 año y no 2 días, que es la realidad cronológica de su entrenamiento.

Los estudios del psicólogo Anders Ericsson le llevaron a una conclusión muy interesante. A una persona, para alcanzar el nivel máximo de maestría en cualquier disciplina, le hacen falta una media de 10.000 horas de práctica repartidas en 10 años, antes de alcanzar la edad temprana de los 20 años.

Estas horas de práctica deben tener un sentido y deben ir mas allá de la mera repetición. No basta con memorizar los conceptos e imitar los movimientos; debemos esforzarnos en comprenderlos en su esencia. Como ves, no vale cualquier tipo de práctica.

Si nos ceñimos a los estudios del doctor A. Ericsson y dividimos las 10.000 horas en 10 años, el resultado son 1.000 horas anuales.Casi 3 horas diarias al año.

La persona del ejemplo anterior, al ritmo que se plantea su mejora, tendría que emplear 208 años; un poquito más de dos siglos, para alcanzar el nivel máximo de maestría. Esto suponiendo que las horas de práctica estén empleadas debidamente. Uf! creo que estarás de acuerdo conmigo en que no existe emoticono de sorprendido para expresar la cara que se te acaba de quedar.

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No te pretendo desanimar. La idea es que te des cuenta que las cosas cuestan, que llevan su tiempo. Probablemente, nuestra idea de lo que debería ser y lo que es en realidad, no se ajustan con el nivel de compromiso que necesitaríamos para conseguirlo.

A lo mejor, la común, inocente y entrecomilladamente inofensiva expresión : «es que yo sólo pretendo que la pelota se levante, salga recta y con la distancia que yo quiero para poder empezar a divertirme» es un nivel de maestría que requiere unas horitas más de practica. Por decir algo, 10.000 horas.Te puedes divertir con muchísimo menos si aceptas esto. Si no lo haces, en mi opinión, es que no has entendido el golf como juego.

También puede que antes de exclamar: « ¡que difícil es esto! » Te frenes en seco y te digas para tus adentros: «Igual que todo lo que quieres aprender en esta vida» Vuelvo a repetir, si no lo haces, seguramente no has entendido el juego del golf y, lo más preocupante, puede que tampoco un aspecto muy importante de la vida.

Te invito a que disfrutes de los buenos golpes. Estos no son lo normal ni la obligación, son el fruto de la practica continua, consciente, atenta e intensa. Te propongo que pienses, que para el tiempo que le dedicas y la intensidad, no lo haces tan mal.Incluso puede, que teniendo en cuenta los estudios del Dr. Ericsson, ahora pienses que lo haces hasta muy bien.


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