Clases de golf en Español

Los profesores no son ni cirujanos ni curanderos.

Los profesores no son ni cirujanos ni curanderos. No implantan conocimientos ni patrones motores mediante operaciones a corazón abierto ni tampoco trabajan “el levántate y juega” mesiánico mediante la imposición de manos.

Los profesores te explican, te muestran, en definitiva, te enseñan:

Enseñar: comunicar conocimientos, habilidades, ideas o experiencias a una persona que no las tiene con la intención de que las comprenda y haga uso de ellas.

Los profesores son orientadores y guías. Ellos, conociendo cuáles son tus objetivos, te sugieren lo que deberías hacer y cómo, para conseguirlos.

Ahora bien, el alumno debe tener claro cuáles son sus metas. Y, si realmente esto es así, debe estar comprometido con ellas. Estar comprometido, significa estar dispuesto a hacer lo que se tiene que hacer para conseguir lo que se quiere.

Desde que una persona decide aprender algo, se convierte en alumno, ya sea asistiendo a clase, leyendo libros… o experimentando por su cuenta. Somos alumnos de la vida y , por lo tanto también, de aquello que nos hemos propuesto aprender y mejorar.

Convertirte en alumno significa ser agente efectivo de tu aprendizaje. Quiero decir, que el único que puede aprender eres tú, querido alumno. No esperes que tu profesor, si es que asistes a clases, aprenda por ti.

Aprender: adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia.

El profesor te enseña, te muestra el camino, te anima y te ayuda, a que tú, y sólo tú, mediante tu esfuerzo, tesón y disciplina, querido alumno, alcances tus metas. Si llegas a tu destino, si consigues lo que quieres, el mérito es tuyo, has llegado tú.

Cuando vayas a la siguiente clase, no esperes alcanzar tu objetivo final en ese momento. Te habrás desorientado del verdadero objetivo de la clase. No esperes que, ya, de repente, en esa clase se vaya a producir el momento mágico de que ya hayas aprendido. Ve con la intención, con el objetivo, de prestar toda tu atención, de coger todas las ideas posibles para hacer de tu práctica, de tu estudio, de tu entrenamiento personal, un acto realmente provechoso para avanzar hacia tus metas.

Exprime a tu profesor, invítale a que te enseñe, a que te corrija, a que te explique de varias maneras, coméntale tus dudas, hasta que tú te quedes tranquilo, porque ya tienes lo que necesitas, la información y las sensaciones necesarias para poder dedicarle horas al aprendizaje.

Recuerda: el profesor enseña pero tú aprendes.

5 comentarios

  1. Carmen García

    Buenas tardes.
    No podría estar más de acuerdo con este gran mensaje, supongo que se debe a las continuas quejas que recibes de tus alumnos ( algunos asistiendo una hora semanal). Queremos que la magia se produzca en unos pocos meses y además incluso nos atrevemos a querer ser buenos.
    Pero no olvides que el profesor lo es de por vida, y deberá seguir insistiendo en estos mensajes; porque el alumno no solo se nutre de las enseñanzas, si no también de las emociones.
    Los alumnos también nos sentimos orgullosos de tener unos profesores tan innovadores,y que transmiten tan bien sus enseñanzas.
    Un saludo y que tengan una feliz semana

    • Javi Garzón

      Hola Carmen! Se debe a que no nos damos cuenta que si queremos aprender algo somos nosotros los que tenemos que hacerlo. Y, sí, nos quejamos sin haber puesto de nuestra parte ¡¡jeje!!

      Me alegra que estés de acuerdo.

      No vemos el sábado.

  2. Jose Bautista

    Hola,
    La verdad es que el artículo es para tenerlo presente y leerlo periódicamente. Es cierto que insconcientemente, como cliente de las clases, a veces piensas que las clases son como un televisor que compras y te llevas a tu casa y si no funciona correctamente puedes ir a reclamar al proveedor. Nos olvidamos que son clases…
    Esta claro que para mejorar las clases son necesarias pero no son suficientes, si tú no pones de parte, atiendes, tratas de poner en práctica lo que te dicen y principalmente practicas el tiempo suficiente difícilmente vas a mejorar.

    Es como si me apuntara un año en clases de chino y sólo por pagar, sin practicar ni estudiar, quisiera saber chino en un año. Eso sólo pasaba en «Matrix» cuando se conectaban un cable en el cogote y adquirían conocimientos de forma instantánea, pero es ciencia ficción. En la vida real «somos lo que entrenamos».

    Gracias Javier y Óscar por vuestra paciencia!!!

    • Javi Garzón

      Gracias a ti Jose!! Me encanta el ejemplo que has puesto de Matrix ¿Llegará el día que las clases de golf sean enchufar un pen drive en el alumno?No se. Pero le quitarían la gracia al asunto¡¡jeje!!

  3. Carmen García

    Por supuesto que es así. » Querer es poder».
    Hasta el sábado.

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