Clases de golf en Español

Autor: Javi Garzón (Página 4 de 20)

En el putt es mejor pasarse o quedarse corto del hoyo.

En numerosas ocasiones durante las clases de putt algún alumno me pregunta: ¿ Qué es mejor pasarse o quedarse corto?  Buena pregunta.

A largo de los años mi respuesta ha ido variando:

  1. » Si no llega no entra» Esta respuesta la aprendí de niño de un entrenador que tuve. Sentido común.
  2. » Si te quedas un metro corto o te pasas por la misma distancia, da lo mismo. Ninguna de las dos ha embocado en el hoyo y tienes el mismo siguiente putt» Este razonamiento es mio. Ciencia, los números lo demuestran.
  3. «Si fueras a lanzar un papel a una papelera desde 3 metros ¿ Que harías?» Esta última me salió automáticamente  hace unos días en una clase de putt y motivó este artículo.

A mi me gusta sintetizar la manera de tirar un putt así : «Patea sin miedo  a la muerte» Esto no significa  golpear a pasarse, sino sin miedo a las consecuencias. Da lo mismo lo que suceda después. No te distraigas de lo que estas viviendo en ese momento.

Imagina a un jugador de baloncesto  tirando a canasta corto o largo, pensando en el posible rebote. Ridículo ¿no? Yo le diría: «Intenta encestar. Después ya veremos lo que pasa. Confía en tu equipo»

Solemos relacionar putt defensivo con tirar a acercar (Flojo) y putt agresivo con tirar a meter ( Fuerte).

Yo creo que un jugador de golf siempre tiene que intentar  acertar con la fuerza y  dirección justa para que la bola entre en el hoyo cayendo por el centro. Da lo mismo si es un  putt para bogey, par o birdie. Si es para ganar , empatar o pasar un corte. Tampoco importa si es con caída de izquierda o de derecha, cuesta arriba o pendiente abajo. Siempre hay que hacer lo mismo.

Unas veces te quedarás corto, otras te pasarás y otra embocarás. Así es la vida de dura y bonita.

Si te quedas corto no ha entrado y si te has pasado tampoco.  Sin embargo, nos sentimos más seguros si nos quedamos corto que si nos pasamos.

El miedo a las consecuencias normalmente nos hace quedarnos cortos del hoyo. El miedo a quedarnos cortos de nuevo, nos hace pasarnos del hoyo después. Si te das cuenta, lo que hay detrás de esto es un desajuste con el aquí y ahora. No estas en lo que estás.

Al final lo que reina detrás de pasarse o quedarse corto es el miedo a no poder resolver lo que venga después  o los recuerdos de putts anteriores. Miedo a fallar, a sumar golpes, a hacer el ridículo. Son tonterías, pero están ahí. Todos lo padecemos.

Por eso creo que siempre debemos hacer lo mismo, intentar dar la con la dirección y fuerza justas para que la bola entre en el hoyo. Si consigo embocar, pues  genial. Si no, lo  vuelvo  a intentar  en el siguiente.  Así hasta que emboque. Cada putt debería ser el primero  y el último de mi vida.

Cuanto más veces en tu vida,  hayas intentado dar con el putt justo,  combinando todas las posibles variables que pueden afectar a la rodada de tu boladistancias, tipos de hierba, velocidades de green , caídas, franjas horarias , climas…más registros tendrás en tu disco duro y, por lo tanto, serás más capaz de dar una respuesta precisa ante cualquier putt.

La experiencia es un grado, cuanto más hayas adquirido, más probabilidades tendrás de reaccionar con éxito a los estímulos del presente. Siempre y cuando sepas como permanecer en él. Todo se entrena. Ya hablaremos de esto más adelante.

Si fueras a lanzar un papel a una papelera desde 3 metros ¿ Que harías?»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el campo de golf ¿ El driver da la gloria y el putt la victoria?

«El driver da la gloria  y el putt la victoria» es una máxima que todo persona que se haya acercado un poquito al golf ha escuchado o leído  alguna vez.

Desde que conozco esta expresión, siempre la he escuchado en un contexto, donde se pretendía solemnizar el golpe putt en el  deporte del golf. Hasta el punto de afirmar que es el palo más importante de la bolsa.

La mayoría de los jugadores aficionados se dedican muy poco a su putt. Los profesores siempre insistimos en lo importante que es y esta expresión la solemos utilizar mucho para motivar su práctica.

Sin embargo, esta aseveración no debe ser malinterpretada de cara a evitar falsas creencias entorno a patear. Una responsabilidad excesiva a la hora de enfrentarnos al green  conllevará  un aumento del estrés , haciendo que disminuyan nuestras probabilidades de éxito.

Cada golpe tiene la importancia que tiene. Ninguno está por encima de los demás.

En principio, tiene lógica dedicar más tiempo a tus golpes de salida y de aproximación. El driver es mucho más difícil de controlar que hacer rodar la pelota. Además para poder patear tienes que llegar hasta el green.

Prueba de esto, es que puedes llevar a un amigo a curiosear al putting green , enseñarle unas nociones , dejar que pruebe un poco y en unos minutos puedes jugar un partido con él ¡Hasta puede que te gane un hoyo y lo sabes!

Sin embargo, esto con el driver no pasa ¿Verdad ? . Como te divertirías buscando las bolas de tu amigo, si lo llevas al campo a jugar una tarde !eh!

Un buen golpe de driver es muy espectacular de ver. La sensaciones de realizarlo son increíbles y dominarlo ni te cuento. No obstante, meter o dejar cerca del hoyo, un putt de 10 metros, con una caída de vértigo, también lo es.

La fama, el esplendor, la buena reputación la puedes tener tanto por tú golpe de driver como por tu destreza con el putt.  Además ambos te generan endorfinas cuando lo haces bien. Los dos te dan la gloria.

Si llegas de cuatro  golpes al green haces un cinco. Si lo alcanzas de uno y , finalmente, necesitas 4 putts para meterla en el hoyo haces los mismos golpes ¿No?

El último golpe que ejecutas en el torneo, por norma general, es el putt, pero la victoria no te la da este. Algo habrás tenido que hacer antes, para darte la oportunidad de conseguirla  dentro del green.

Si dos jugadores llegan con el  mismo número de golpes al green , vencerá el que meta el putt. No olvides que ambos jugadores han tenido que llegar con la misma suma para que el putt se convierta en decisivo.

Con esto quiero decir que deberías dedicarle un porcentaje de tu tiempo de práctica a cada uno de los golpes que necesitarás en el recorrido. En especial aquellos que tienes peores números. Sólo así optarás a la victoria.

De este articulo podemos destacar las siguientes conclusiones:

  1. Cada golpe tiene la importancia que tiene. Ninguno está por encima de los demás. Con todos puedes alcanzar la gloria y  el conjunto necesitarás  para la victoria
  2. Practica todos los golpes. En especial en los que tengas las peores estadísticas.

 

 

 

 

 

El golf como estilo de vida. Vivir jugando, jugar viviendo.

Este articulo ha  sido escrito por el psicólogo Julio Alvarez Mejías con mi colaboración. Julio es alumno de la  escuela. Como profesional, uno de sus campos de trabajo es el aprendizaje. Es un placer conversar con él sobre golf, psicología y aprendizaje cada semana. Esperamos que disfruten del artículo y saquen conclusiones constructivas para poder seguir creciendo como personas y deportistas.

El golf como estilo de vida.

La vida es un proceso mediante el cual experimentamos diversas situaciones que van desarrollando nuestras capacidades, actitudes e intereses, mediante conductas observables, construyendo nuestra personalidad que está en continuo cambio, ya que la vida es dinámica.

El golf como deporte se asemeja a la vida. Es un deporte individual, aunque se suele jugar acompañado. En él, nuestra evolución y rendimiento depende de nuestras aptitudes, habilidades, destrezas e intereses.

Es una actividad deportiva que se fundamenta en cuatro pilares fundamentales: físico, técnico, estratégico y psicológico. Cada uno de ellos es extrapolable a nuestro que hacer cotidiano.

En este artículo nos vamos a referir al ámbito psicológico, teniendo en cuenta que el eje de los distintos ámbitos es el técnico. Digámoslo de otra manera, no hay psicología, que por si sola, te haga mandar la bola donde quieres una y otra vez.

Tengo que decir que me siento muy afortunado de poder formarme técnicamente en Playgolf. Considero que su metodología sigue todos los pasos necesarios para un buen aprendizaje. Por ello, he decidido aportar mi granito de arena para implementar las enseñanzas técnicas de nuestros profesores.

El golf, es un deporte que exige un aprendizaje continuo como la vida. El Marco Europeo para la Educación en sus objetivos para el año 2020, prioriza el “Aprendizaje Permanente”, tanto en ámbitos formales (mediante currículos), no formales (actividades educativas fuera de lo escolar), informales (actividades de la vida cotidiana fuera de la escuela).

El golf como aprendizaje permanente cumple con las directrices europeas. Potencia y desarrolla capacidades, destrezas, habilidades y estrategias, que se pueden globalizar en el propio juego o extrapolar a nuestras vidas.

Gracias a nuestro desarrollo como golfistas, podemos aumentar nuestras competencias para una vida más armónica, produciendo lo que la psicología emocional define como BIS (Bienestar Individual Subjetivo).

A través nuestra diversas experiencias vitales en los distintos ámbitos: social, personal, laboral, familiar y deportivo, aprendemos. Por lo tanto, hablemos de aprendizaje.

Etapas del aprendizaje.

Desde la Programación Neuro Lingüística, partiendo desde Albert Bandura, como psicólogo cognitivo-conductual, el aprendizaje en cualquier aspecto de nuestra vida tiene lugar en cuatro etapas que conforman lo que se conoce como la curva del aprendizaje social de Bandura (Bandura, 1987):

Etapa 1º.- Incompetencia inconsciente (I.I. Inconsciencia). Yo no sé qué no sé. La persona no sabe hacer algo e ignora que no sabe hacerlo. Yo tuve mi primer contacto  con el golf mediante un “Bautismo de golf” y, hasta ese momento, carecía de información y experiencia en dicho Deporte. Corresponde al estado inicial (estado presente).

Etapa 2º.- Incompetencia consciente (I.C. Consciencia). Yo tomo conciencia de que no sé.Ya he visto jugar al golf y he comenzado a conocer , entender e intentar aplicar los movimientos pero con poco acierto. Reconozco que no tengo ningún dominio de los mismos. Es la etapa con un mayor crecimiento de aprendizaje, pero también la más estresante.

Se necesita un alto nivel de atención, concentración y un enfoque mental adecuado en armonía, para que no se produzcan bloqueos, debido a que en esta etapa el alumno/a intenta hacer algo que sabe que no puede hacer. A esto hay que sumarle que el resultado suele ser negativo, la bola no sale como esperamos.

Etapa 3º.- Competencia consciente (C.C. Consciencia). Sé que séConozco, comprendo y aplico los distintos pasos del swing. En esta etapa, el alumn@ continua con su practica consiguiendo encadenar todos los pasos con éxito, pero con un alto nivel de atención y consciencia en cada uno de ellos. El resultado del golpe es el esperado la mayoría de las veces.

Etapa 4º.- Competencia inconsciente (C.I. Inconsciencia). Soy.Conozco, comprendo y aplico los pasos del swing tanto en el entrenamiento como en el campo de golf. Los realizo sin la participación del consciente.

En esta etapa podríamos decir que el swing forma parte de la persona. Realiza un swing armónico sin ser consciente de la técnica, ya que la he asimilado en los estadios anteriores. Ha automatizado el encadenamiento de los movimientos del swing. Es capaz de repetir el golpe que quiere una y otra vez sin pensar en como lo hace.

Esto  produce placer debido a la superproducción de endorfinas. Estas son unas sustancias (Péptidos opioides endógenos) que produce nuestro cuerpo, de forma natural, para conseguir atenuar el dolor y/o producir una sensación de bienestar. Es por eso que las endorfinas son conocidas también como hormonas de la felicidad.

Todo fluye de manera sinérgica y  produce un Bienestar Individual Subjetivo. El Doctor Pedro Hernández en su libro “Los Moldes de la Mente: Más allá de la inteligencia emocional”, define el BIS, como  “Bienestar personal, individual y subjetiva, que cada uno/a tiene sobre el grado de satisfacción que le produce su vida en general”.

Todo aprendizaje ya sea de contenidos: conceptuales, procedimentales y actitudinales, han de seguir estas cuatro etapas. A veces ocurre que los objetivos de aprendizaje no se alcanzan por diversos motivos (profesorado, metodología, momentos de la vida, falta de motivación, frustración y muchos otros).

En muchos casos deberemos “desaprender” para volver a “aprender”, sobre todo si no hemos recibido una buena base conceptual ni adquirido unos buenos hábitos de entrenamiento (procedimental) desde el principio.

Se puede dar el caso que, encontrándonos ya en la fase 4, nos demos cuenta que necesitemos un ajuste en alguno de los movimientos. En ese momento volvemos a ser conscientemente incompetentes en esa parte, encontrándonos de nuevo en la fase 2.

No obstante, no empezamos de cero. Partimos con unos  conocimientos previos y recursos muchos más ampliados que la primera vez que visitamos la fase 2.

Esto implicará un ascenso mucho más rápido a la fase 3. Finalmente,  el ajuste se adherirá  a nuestro ser ,a nuestro swing, hasta encontrarnos de nuevo en la competencia inconsciente. No tengo que pensar.

Por lo tanto, a no ser que nos convirtamos en dioses de la perfección, siempre estaremos moviéndonos de la fase 4 a las 2 pasando por la 3 y volviendo a la 4. Esto es lo que sucede cada día cuando asistimos a clases con nuestros entrenadores en Playgolf.

El proceso de “desaprender” es de dirección inversa, hay que pasar de la etapa cuatro, a la etapa dos, para poder actualizar o recalibrar aquellas técnicas que no hemos conseguido adquirir desde la inconsciencia.

Este bucle de fases es lógico, ya que la vida es un continuo que está  en constante cambio y movimiento. Al ser el golf el deporte de la vida, su aprendizaje representa el cambio hacia el desarrollo integral de nuestro juego.

Figura 1. Curva de aprendizaje de Bandura. La gráfica representa las diferentes etapas del aprendizaje según Albert Bandura (1987): I.I., incompetencia inconsciente; I.C., incompetencia consciente; C.C., competencia consciente; C.I., competencia inconsciente.

Posicionamiento de las fases del aprendizaje.

Debemos marcar cuál es nuestro punto de inicio en términos golfísticos mediante la pregunta ¿Dónde estoy? (trabajar en tiempo real, el aquí y ahora).

De esta manera podremos tener una idea aproximada de nuestro potencial de aprendizaje, situarnos en una de las cuatro etapas y comenzar el camino.

Es muy importante que tracemos un plan de aprendizaje (hoja de ruta), creando siempre unos objetivos realistas. Para ello no podemos ayudar de las siguientes preguntas:

¿Dónde quiero estar? Y ¿dónde no quiero estar?

Existen personas que no saben dónde quieren estar, pero sí tienen claro dónde no quieren estar.

Respondiendo a estas preguntas puedes empezar a diseñar tu propia hoja de ruta (Plan de acción a seguir que muestra una secuencia detallada de pasos a modo de procedimientos a seguir, dentro del marco cronológico temporal, para conseguir un objetivo).

Para esto te recomiendo que te asesores de tus entrenadores. Estos ya han recorrido el camino que tu estas dispuesto a emprender y te ayudarán a ganar tiempo.

Concluyendo, el golf es un deporte que proporciona una oportunidad ideal para gestionar los obstáculos que entorpecen nuestra capacidad de aprender, rendir y disfrutar de la vida, tanto dentro como fuera del campo de golf.

Para aprovechar las oportunidades, el jugador/a de golf debe aceptar el desafío de jugar tanto con el consciente como con el inconsciente. Tiene que reconocer no sólo los obstáculos de búnker (obstáculo artificial), hazard (peligro-riesgo), fuera de límites, agua frontal o/y lateral, sino también sus limitaciones y potencialidades mentales.

Nuestro objetivo sería  desarrollar estrategias y hábitos que nos ayuden a mejorar nuestro BIS (Bienestar Individual Subjetivo), mediante la producción de endorfinas, para conseguir un desarrollo integral excelente, que produzca un bienestar en el campo y en nuestra vida cotidiana.

Endorfinas.Psique. Golf.
Julio Álvarez Mejías.
Psicólogo.
“Vivo jugando, juego viviendo”

 

PlayGolf.Escuela de Golf.
Javier Garzón.
Profesor de PlayGolf. Escuela de Golf.
“Soy lo que entreno”

Referencias

Aljoscha A. Shwarz y Ronald P. Schweppe (2009). Guía fácil de PNL. Técnicas básicas para comprender y practicar la programación neurolingüística en la vida diaria. Barcelona. Ediciones Robinbook.

Bandura, A. (1987). Pensamiento y Acción: Fundamentos sociales. Barcelona, España: Ed. Martínez Roca.

Carrión, S. (1996). Curso de Practitioner en PNL: El estudio de la estructura de la experiencia subjetiva. Madrid. Mandala Ediciones.

Carrión, S. (2014). Curso de Máster en PNL: Técnicas avanzadas de programación neurolingüística. Barcelona, España: Ed. Obelisco.

Hernández, Pedro (2002). Los Moldes de la Mente: Más allá de la inteligencia emocional. Tenerife: Tafor Publicaciones S.L.

Mumford, J y Diez A. Cómo equilibrar tu vida y darle más sentido con el coaching (2008). Ediciones Granica. Barcelona.

O’Connor, J. y Seymour, J. (2007). Introducción a la PNL (8ª Ed). Barcelona, España: Ed. Urano.
Teasdale, John; Williams, M; Segal Z (2015). El camino del mindfulness. Editorial Paidós. Espasa libros.

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