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Suerte del principiante, ¿existe?

Cuantas veces hemos escuchado: “Eso es la suerte del principiante”. Esta es una expresión que tiene muchos matices, se podrían escribir infinitas líneas sobre esto, pero hoy, lo vamos a relacionar con dos cosas concretamente. Por un lado, con la carita que se le queda a alguien que lleva varios meses practicando golf y viene un amigo el primer día y le pega más lejos que él. El segundo enfoque que le daremos, será para explicar la curva de mejora del golfista.

Hace unas semanas vivimos en la escuela un episodio de “La suerte del principiante”. En nuestra escuela todos los meses hacemos una jornada gratuita de iniciación al golf. Es ideal para que los alumnos inviten a sus amigos y familiares a conocernos y probar las clases de golf. Afortunadamente tienen bastante éxito, y en la última que hicimos, un amigo de un alumno se apuntó a la escuela. Son los protagonistas de la historia.

Alumno lleva un mes y medio en clases de golf. Durante este tiempo ha asistido a clases de todos los tipos de golpes, también ha practicado por su cuenta. Esto le ha llevado a mejorar su técnica considerablemente, a que se sienta bien, cada vez más golfista, y por supuesto, a pegar mejores golpes. Le encanta su nueva afición, es por eso que empieza a propagar el virus entre sus allegados y convence a uno de ellos para que se apunte a la jornada gratuita de iniciación al golf. Amigo asiste a la jornada y disfruta de la experiencia, por lo que decide apuntarse a la escuela. Gracias a nuestro sistema de reservas on-line, Alumno y Amigo pueden coincidir en la primera clase que va a dar el segundo. La temática elegida es “Driver y maderas”.

Alumno ya sabe lo que es enfrentarse al “Perro gordo” y pone en antecedentes a Amigo. Lo mentaliza de que es uno de golpes más difíciles y que si le llegara a dar a la bola, sería todo un éxito. Comienza la clase, después de los típicos ejercicios de calentamiento y búsqueda de la idea técnica del día, comenzamos a pegar bolas. ¡Empieza el espectáculo! Amigo, el principiante, no para de empalar maderas, una detrás de otra, mientras Alumno pelea con su palo para dar alguna bola decente, como es lo normal, jajaja. En la cara de Alumno ya se empezaba a notar un poco de… no sé cual sería la palabra; incertidumbre, perplejidad o frustración. Mientras que la cara de Amigo era de pura excitación, ya tenía el golf corriendo por sus venas. Por supuesto, saltó a la palestra la frase: ¡La suerte del principiante!. Para Alumno era una frase que rebajaba su frustración, y para Amigo, le ayudaba a no creerse más de lo que era en ese momento. Podemos decir que es un regulador de emociones.

En estos casos, es cuando nosotros explicamos la curva de mejora del golfista. Que para no liarnos, y para acabar ya con esta entrada, la vamos a resumir en unos pocos puntos:

 

  1. No todos los alumnos evolucionan de la misma manera. Unos despegan muy rápido para estancarse pasado un tiempo y a otros les cuesta más arrancar, pero después no paran de subir. Cada jugador es un caso único, no debes compararte nunca con tus compañeros.
  2. La curva de mejora NO es ascendente siempre. A medida que se van introduciendo conceptos técnicos podemos experimentar sensaciones de retroceso. NO debes preocuparte.
  3. La curva de mejora no hay que medirla solo en golpeo de bola. Ya lo hablaremos en otra entrada, pero, puedo estar mejorando y no estar pegándole mejor a la bola. Esto es muy importante.

¡Hasta la próxima golfista!

La suerte, que me coja entrenando

La suerte, en el golf, que me coja entrenando. Esa suerte, luego explicaremos cual ha sido en mi caso, en todos los aspectos de la vida, no solo en este deporte, siempre llega cuando uno esta trabajando en algo. No llega cuando esta viendo una serie a través de Netflix, no llega cuando estamos de cañas con los colegas y, me atrevería a decir, que en el golf, tampoco llega cuando estas en el tee de salida de ese hoyo con agua a la derecha y out a la izquierda. Aquí normalmente nos topamos con la mala suerte. En este puto deporte, la suerte llega cuando uno esta en la zona de prácticas devanandose los sesos para mejorar su movimiento y su golpeo.

LA SUERTE, EN GOLF, QUE ME COJA ENTRENANDO

Soy jugador profesional, en mi etapa juvenil llegue a ser handicap 0, pero desde aproximadamente los 15 años estoy sumido en una profunda crisis de golpeo. Mis golpes no salen como a mi me gustaría, y menos en el terreno de juego, no me permiten hacer buenos resultados. Llevo muchos años peleando contra mi “Banana Hulk”, bauticé así al golpe que me lleva reventando las vueltas durante años, una bola que sale por la derecha y cierra profundamente hasta irse al carajo por la izquierda del objetivo. Lo he tratado de corregir de mil maneras, ¿Cuantas veces habré dicho, lo tengo? ¿Cuantas veces habrá dicho un golfista que lo tiene? Después de muchos “lo tengo” esta vez puede ser la buena. He intentando ajustar el grip, cambiar la postura y la alineación, tocar backswing, plano del swing, etc. Siempre he pensado que el Banana Hulk se producía por un pronunciado cambio de plano que realizo al iniciar la bajada del palo, tipo Sergio Garcia o Brooks Henderson. ¿Y si mi suerte no estaba en ese movimiento? ¿Por qué estos jugadores profesionales tienen una bajada parecida a la mía y no conocen a Banana Hulk?

Mi suerte ha llegado en el tee de prácticas, en unas semanas en las que he entrenado más, en las que he probado cosas nuevas, me he grabado en video, he compartido conocimientos y sensaciones con mi hermano. La suerte me ha cogido entrenando. Un ajuste de postura y una mejor rotación del cuerpo a través del impacto escondían mi suerte. Hay que probar, equivocarse, volver a probar, fallar, volver a intentarlo, probar algo diferente, experimentar. En los últimos días he pegado los golpes tal y como quiero pegarlos, sin efecto, sólidos y sin esa parábola de derecha a izquierda tan peligrosa.

DESPUES DE MUCHOS LO TENGO, ESTA PUEDE SER LA BUENA

Le doy clase a un señor que ha dedicado su vida profesional a la música, en la orquesta filarmónica de Finlandia. La semana pasada me pregunto, Oscar, ¿Se puede jugar al golf sin entrenar? Me dijo que el conocía a gente que lo hacia, que le habían dicho que ellos no entrenaban. Yo le pregunté ¿Se puede tocar un instrumento musical sin entrenar? me contesto: tocarlo sí, que suene bien, no. Yo le pregunte también que si se atrevería a dar un concierto sin la debida preparación, me respondió: Por supuesto que no, como mínimo 10 años de entrenamiento. Ahí estaba la respuesta a su pregunta.

Yo he estado muchas horas buscando mi suerte, no sabes cuando va a llegar, no sabes cuando va a ser el próximo “lo tengo” o si ese “lo tengo” es el definitivo. Mi recomendación es, que cuanto más tiempo pases en la zona de entrenamiento, más experimentes, más pienses y más pruebes, más cerca estarás de tu suerte en el golf. La constancia y la paciencia son dos cualidades que hay que trabajar para convertirte en mejor golfista.

Recuerda, Soy lo que entreno

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