En este mundo hay dos tipos de jugador de golf. Los que ven un tee de prácticas casi vacío y se ponen justo al lado de alguien y los que van a Driving Range a entrenar.

Vamos a empezar esta disertación con los del primer tipo. Los podríamos llamar asesinos de buenos momentos. Son capaces de reventarte un entrenamiento o esa horita de domingo que tienes para ir a tirar unas bolas y despejarte un poco.

La idea de esta entrada me viene a la cabeza porque el otro día vi como un “asesino de buenos momentos” depredaba la hora de prácticas de un jugador de golf. Ese cabrón tenia 22 alfombras libres de las 24 que hay en el campo de prácticas y fue a ponerse justo al lado de aquel pobre hombre. Por supuesto, no tardó ni veinte segundos en entablar una conversación unidireccional y únicamente deseada por él.

Yo creo que a estos asesinos de momentos no les gusta jugar al golf, el campo de golf es su coto de caza emocional. Igual antes paseaban por parques y calles comerciales pero descubrieron que allí la gente se movía mucho y pensaron: “Es perfecto, en el campo de prácticas están quietos y como acabe de sacar el cubo de bolas, lo tengo a mi disposición durante 20 minutos mínimo”. Sus temas de conversación son variados, pueden ser desde contarte su última vuelta de torneo desde el primer al último golpe, como narrarte todos los golpes que esta dando con pelos y señales o hacerte un monólogo sobre técnica de golf basado en el último video de Youtube que ha visto. Por supuesto, no esperan respuesta. Tú, pobre hombre que fuiste a tirar unas bolitas para despejarte, te pasarás 35 minutos asintiendo con la cabeza y deseando acabar las bolas.

Te han jodido tu entrenamiento. Hay poco que hacer contra ellos, yo recomendaría dos estrategias disuasorias: Nunca establecer contacto visual y el uso de auriculares (aunque no te pongas música… ¿no has visto a los famosos que hacen como que hablan por teléfono?). ¡Suerte!

El otro tipo de jugador de golf es el que le gusta jugar al golf, disfrutan de nuestro deporte. Ese que siempre lleva la bolsa de palos en la maleta del coche “porsiaca”. El que llega al tee de prácticas o a la zona de juego corto sin molestar, busca su rinconcito y se pone a entrenar. Te recomiendo que te hagas amigo de este tipo de jugador, o que te conviertas en uno de ellos, pasarás grandes momentos practicando golf.

Ten en cuenta que todo esta dramatizado y tratado en tono jocoso. Que nadie se sienta ofendido, aunque alguna vez hayas podido asesinar un buen momento.