No se mejora por el simple hecho de entrenar. Como no se entrena por el mero hecho de ir al campo a golpear unas bolas.
Tenemos que fijarnos un objetivo y este debería estar basado en una necesidad real de mejora. Si lo tengo, ya puedo ir a entrenar y orientar todos mis esfuerzos para conseguirlo.
Si vas a la zona de práctica sin un objetivo, no estás entrenando, y si el objetivo nos está bien enfocado, es decir, sobre lo que realmente necesitas, tampoco estarás entrenando. En estos casos, lo único que has hecho es ir a un campo de golf a coger un poquito de aire fresco y mover el esqueleto, pero no estás trabajando para mejorar.
Hablamos de identificar las necesidades de mejora, marcarnos un objetivo y, en función de esto, decidir como entrenar para conseguirlo. Para elaborar un plan de entrenamiento o, para que no suene tan serio y difícil, practicar de la manera adecuada, sólo hay que emplear el sentido común, aunque es verdad que este es el menos común de todos los sentidos.
No estoy descubriendo la pólvora, ni desvelando el secreto mejor guardado del golf pero ¿a que no tienes un objetivo bien definido cuando vas al campo de golf?
Puede que en ocasiones lo tengas, pero seguramente te habrá pasado que, tras unas bolas, te encuentras tratando de hacer algo que no tiene nada que ver con tu plan inicial, tu objetivo se ha desvaneciendo sin que te des cuenta.
Tienes que ser fuerte y mantenerte fiel a tu objetivo, aunque la bola no salga como te gustaría. Si terminas tu sesión de entrenamiento sin perder el compromiso que adquiriste antes de empezar, habrás triunfado y estarás en el camino de conseguirlo. Si no, lo siento, perdiste el autobús, así que espera al próximo y se consciente de que llegarás un poquito más tarde a tu destino.
A grandes rasgos, tus necesidades de mejora podrían ser el movimiento, la puntería, el control de la distancia, la preparación pre-golpe, la interpretación post-golpe y la adaptación a las diferentes superficies y posiciones de la bola en el campo.
El movimiento es entrenar tu swing, hacerlo cada vez más fácil y más eficiente.
La puntería es colocar la cara del palo y el cuerpo perfectamente en relación hacia donde quieres enviar la pelota.
El control de la distancia es conseguir que la bola recorra la distancia que consideremos necesaria.
La preparación pre-golpe son los pensamientos y acciones que realizas antes de golpear la bola. Si, esto también se entrena.
La interpretación post-golpe son los pensamientos que tenemos tras un golpe ejecutado o tras el resultado final del recorrido. Sorprendente, pero se entrena.
La adaptación a las diferentes superficies y posiciones de bola no es más que tratar de adaptar todo lo anterior a la hierba alta, la arena, la bola más baja que los pies, etc.…
Pongamos un ejemplo. Quieres entrenar el control de la distancia. Ufff! Que complicado ¿Cómo se entrena el control de la distancia? Pues muy sencillo, golpeando la bola hacia el agujero desde diferentes distancias. Lo ves, sentido común.
Vamos a poner otro ejemplo. Quiero conseguir coordinar el movimiento de mis piernas con el balanceo de los brazos cuando, tras haber armado el golpe, empiezo a moverme hacia el impacto con la bola. Ufff! Esto también parece complicado. Lo sería, pero si vas con este objetivo al campo de prácticas, es que realmente tienes muy claro lo que tienes que mejorar de tu movimiento. Si no lo tienes claro, vuelve y pregúntale a tu entrenador antes de ir por tu cuenta.
Como ves es fácil, identificar lo que necesitas mejorar y ponerte a ello. Si realmente entiendes lo que necesitas, tú mismo puedes inventarte ejercicios para mejorar, si no, insisto, pregúntale a tu entrenador y comprométete con lo que te diga.
Lo que nunca puede ser un objetivo en sí mismo es el resultado. No puedes decir, mi objetivo es hacer el par del campo o bajar a hándicap 15. En mi opinión esto deben ser consecuencias de tus objetivos de mejora, de tu crecimiento personal como deportista. Quiero decir, si mejoras el control de la distancia y tu movimiento, por ejemplo, probablemente esto afecte positivamente a tu resultado medio y este a tu hándicap de juego.
También tengo la creencia de que no puedes poner fechas para conseguir tus objetivos. Puedes poner fechas para desistir de ellos, pero no para alcanzarlos. ¿Cómo puedes saber cuánto vas a tardar en conseguir el nivel para bajar el par del campo? Si conoces a alguien que te lo pueda decir, preséntamelo.
Me pongo en la piel de los trabajadores que son presionados por sus empresas para que alcancen los resultados económicos previstos a final de mes y me dan escalofríos. Estos pobres presionados y estresados por los números, poniendo todo de su parte para no poner en peligro su puesto de trabajo, cuando saben que hay muchos factores externos que no dependen de ellos.
En el golf es igual, si te conviertes en jugador resultadista, que se pone como objetivo el resultado, corres el riesgo de ser un trabajador del golf estresado, incluso puede que te conviertas en un tramposo. Tú solo puedes hacer lo que está en tu mano.
Te puedes marcar como objetivo venderle 30.000 euros a tu empresa o en bajar de 90 golpes antes de acabe el mes, pero ¿qué va a hacer que lo consigas? Simplemente pensar en ello o ponerte otro tipo de objetivo más centrado en el proceso, como visitar a determinados clientes o entrenar la puntería con el putt. Aún así, crees que esto garantiza que lo consigas en ese plazo fijado; puede que sí y puede que no.
Céntrate en lo que puedes controlar: tu movimiento, el control de la distancia, la puntería…; el resultado no depende de ti al 100%. No puedes controlar el viento, la lluvia, los demás competidores, tus flujos vitales, el sonido de una bocina cuando ibas a dar el golpe, una bola que pierdes en la hierba alta, lo que tarde tu cerebro en construir los circuitos del swing…
Por eso, márcate como objetivo los aspectos controlables y entrenables. El resultado no lo es y el hándicap tampoco, pero si entrenas lo que debes, podrás influir sobre ellos.
En el golf, tú eres tu único jefe, nadie te va presionar ni despedir por tu resultado ni por tu hándicap, por lo que te recomiendo que no te pongas fechas no te castigues de esa manera. Pon de tu parte y deja que las cosas sucedan cuando tengan que suceder, porque además no puede ser de otra manera.
Tus objetivos debes marcarlos sobre los aspectos que te pueden ayudar a mejorar los procesos, los procedimientos, tu manera de ejecutar y de pensar. El resultado, la meta final será en cierta medida consecuencia de esto, pero nunca un objetivo en sí mismo. No te estreses, no sufras y disfruta!