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Motivados y llenos de confianza tras IV Seminario de Biomecánica de la PGA de España.

Sin duda alguna asistir al IV Seminario sobre Biomecánica, organizado por la Asociación Española de Profesionales de Golf, ha sido una experiencia enriquecedora.

Son varios los motivos por los que ha merecido la pena asistir, pero el más importante de todos, os lo voy a contar sin ningún tipo de preámbulo “bien queda”, he vuelto con la absoluta confianza en que lo que estamos enseñando a nuestros alumnos está avalado por estudios científicos.

El conocimiento científico que nos han transmitido en este seminario el Dr.Young-Hoo Kwon y el Dr.Sasho Mackenzie, la breve introducción sobre los resultados de los estudios de electromiografía realizados por Enrique Martin y David Pastor, además del conocimiento basado en la experiencia del entrenador Rob Houlding corroboran que estamos muy bien encaminados en los conceptos que transmitimos y la manera en que lo hacemos ¡Queridos alumnos podéis estar tranquilos!

He vuelto muy motivado de este encuentro de biomecánica aplicada al golf, que ha tenido lugar en la universidad politécnica de Madrid. De los seminarios o cursos de años anteriores volvía con la cabeza llena de nuevas ideas, planteándome si el cuerpo se mueve de esta manera o de aquella, si deberíamos enseñar de otra manera, preocupado en cómo se tomarían los alumnos los nuevos enfoques sobre el swing, si entenderían que todos los cambios son por su bien, para su mejora.

Notaba que todavía le quedaban muchas piezas al puzle, a nuestros conceptos, a nuestro método de enseñanza. También pensaba en la posibilidad de que a lo mejor tuviéramos todas o muchas de las piezas del puzle del movimiento del golf pero no sabíamos como encajarlas.

En aquel entonces los cambios en la metodología eran auténticos bandazos conceptuales sin aparente sentido, aunque si lo tenían, aprender y llegar a punto donde estamos ahora.

Esta vez no ha pasado así, la confianza me desborda, todas las conclusiones a las que estamos llegando tras nuestra experiencia en el día a día de la escuela, la formación continua y el entrenamiento, van en la línea de los hallazgos de estos científicos y expertos. Los grandes cambios se están convirtiendo en pequeños ajustes, las piezas se ordenan y el puzle empieza a lucir hermoso en los swings de nuestros alumnos.

La síntesis de estos días de seminario, la traducción que yo hago de las leyes de newton, “ground forces”, centro de masa, brazo palanca, la paridad de fuerzas y demás conceptos del lenguaje de la física para el golfista de a pie es la siguiente: cambio de peso, utilizar el suelo para generar velocidad, movimiento lateral del cuerpo, la rotación del cuerpo, la tensión en el grip y , lo más importante, el swing de golf es un todo, en un movimiento dinámico, coordinado, rápido y así ha de enseñarse. Si, esto creo que es un buen resumen.

Las clases del día después de mi vuelta del seminario fueron espectaculares. Comenté con mi hermano mis conclusiones y enseguida ajustamos el método y nos pusimos a trabajar con la confianza de que los conceptos que estamos transmitiendo son ciertos y correctos.

Cada vez estoy más convencido que la herramienta más potente que tiene el mundo del golf para generar aficionados practicantes son los entrenadores. Para que los entrenadores sean esta potente herramienta de aficionar, la clave está en que tengan una metodología fácil, intuitiva, deportiva y divertida, que consigan que el alumno se sienta motivado durante su aprendizaje y vea luz al final del túnel, que comprenda lo que está aprendiendo y como lo está haciendo. Una metodología de estas características sólo se consigue con conocimiento y el conocimiento se adquiere con experiencia y formación.

Cuanto más nos aproximemos a la compresión absoluta de todos los factores que intervienen en el golpeo de la pelota de golf (material, cuerpo y mente), cuanto más entendamos como aprenden los humanos habilidades motoras, cuanto más desarrollemos nuestras habilidades de comunicación como entrenadores, estaremos más cerca de la metodología de enseñanza en la que los alumnos perciban el camino del aprendizaje del golf como algo motivante y llevadero.

No conocemos todas las respuestas, pero cada vez lo comprendemos más y mi experiencia me dice que con lo que ya conocemos estamos capacitados para generar muchas sonrisas de satisfacción en las zonas de práctica y campos de golf.

Entrenadores a formarse, jugadores y alumnos a entrenarse.

 

Reflexiones tras el III Seminario de la PGA sobre Biomecánica y Técnica de golf.

En la vida todas las experiencias aportan, unas porque enseñan y otras porque crees que no te enseñan. Ambas te dan que pensar, te hacen reflexionar, notas que algo en ti ha comenzado a latir, probablemente una nueva idea o varias al mismo tiempo. Estas desembocaran en crecimiento, tanto como si te hacen avanzar o retroceder en tus pasos.Si, a veces retroceder es avanzar y crecer, aunque de esto sólo te das cuenta tras años de constancia.

Después de este pequeño desliz filosófico empiezo mis reflexiones tras el III Seminario de la PGA sobre Biomecánica y Técnica de golf. Una experiencia que puedo valorar como muy científica.

La ponencia del profesor de biomecánica de la Texas Woman´s University Dr. Young-Hoo Kwon y los comentarios del profesor de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el deporte de la Universidad de Las Palmas, Joaquin Sanchis, con el que tuve el inmenso placer de compartir los dos días de seminario como asistente, así me lo hicieron ver.

Desde un punto de vista científico, no se puede afirmar con rotundidad ningún hecho que no esté demostrado con números y datos, obtenidos tras un estudio o experimento llevado a cabo con una metodología rigurosa, aprobada por la comunidad científica y utilizando una muestra lo suficientemente representativa de la población.

Teniendo en cuenta esto ¿ Quién puede afirmar al 100% que la técnica de golf es de una manera o de otra? Pues por la conclusión que yo saco, todavía nadie. A lo mejor es verdad que no hay una sola técnica para golpear la pelota, pero lo que si creo firmemente es que siempre hay una manera más eficiente de generar más velocidad en cabeza de palo, de ser más consistente en todo los golpes, de ser más preciso… y,sobre todo, de hacer este deporte más fácil de aprender. En estos sentidos la ciencia puede aportar mucho al mundo del deporte.

El profesor Kwon afirmó científicamente, que el factor determinante para generar velocidad en la cara del palo es la velocidad a la que rotan las caderas.Por lo que, la secuencia cinética y el x-factor , que tantos teníamos como verdades absolutas de velocidad, no lo son, o no de la manera que creíamos.Yo pienso que la secuencia cinética, aunque no suceda de la manera que nos habían explicado, es muy importante. Dicho de otra manera, lo que necesitamos realizar es un movimiento coordinado orientado a generar velocidad. Esta afirmación del científico koreano cambiará mucho el mensaje que hasta ahora los entrenadores estábamos intentando transmitir.

También nos habló de las conclusiones que había sacado en sus estudios sobre el plano del swing. En resumen, lo que nos afirmó es que el único tramo por el que el palo hace su recorrido por el mismo plano es por debajo de la cintura, lo que yo llamaría el área de impacto.En mi opinión, esto es interesante pero no relevante. Considero absurdo intentar que el palo vaya por mismo plano durante todo el swing. Cuando hacemos un swing de golf, no estamos dibujando con tinta un precioso círculo en el aire, estamos balanceando un palo con el fin de golpear una pelota. No obstante, si da alguna pista sobre en que parte centrarse más a las hora de enseñar y entrenar el swing.
La ciencia pone en duda absolutamente todo:” ¿ Cómo ? ¿ Qué dice usted? ¿ Qué para darle bien a la pelota hay que tener la muñeca izquierda plana y la derecha con ángulo? ¿ Tiene datos numéricos que lo demuestren? Pues….no. Pero si tengo un montón de vídeos de alumnos que le pegan bien a la pelota, todos tienen las muñecas de esa manera, yo mismo lo siento así y la gran mayoría de entrenadores coincidimos en es aspecto”¿Serían estos suficientes argumentos o de relevancia considerable para un científico?

Podríamos decir que está la ciencia y los científicos por un lado y la experiencia y los expertos por otro. En estos últimos podríamos encuadrar a Andy Plummer (Entrenador de golf) y Chuck Cook (Entrenador de golf). Estos no tienen formulas matemáticas que demuestren que lo que enseñan es cierto, pero si una gran experiencia haciendo que jugadores le peguen mejor a la pelota.

Y la pregunta aquí es…¿ Todo tipo de jugadores o sólo de primer nivel? Teniendo en cuenta mi nueva visión científica del deporte me preguntaba ¿ Por qué ninguno de los asistentes fuimos convocados para dar una conferencia sobre enseñanza y técnica de golf ? ¿ Por qué lo que dice Chook o Andy tiene más credibilidad que lo pueda aportar cualquiera de los que asistimos al seminario? ¿ Tienen datos científicos que lo demuestren?A lo mejor no, pero entrenan a jugadores de primer nivel y esto es lo que a priori les puede dar mayor o total credibilidad.

Creo que no hay ningún entrenador que se haya hecho famoso por conseguir que un montón de personas comprendidas entre los 30 y los 70 años se inicien en el golf, consigan disfrutar e ir mejorando su nivel ¿ Verdad?

En el párrafo anterior quiero exponer la idea de que sólo la ciencia, los datos y números aportan verdad, lo que dicen los expertos seguramente muchas veces es verdad, pero no se pueden tomar como tales hasta que no estén demostradas científicamente.Hasta que esas verdades no estén debidamente demostradas, lo que las haces creíbles son la lógica y los logros de los entrenadores que las predican.

Detrás de esto, entre otras cosas se esconden la humildad y el respeto hacia las opiniones de los demás. Mientras haya aspectos sin demostrar científicamente, hay que considerar y respetar todas las opiniones, incluidas las de los alumnos. Todos podemos aportar algo al conocimiento. Esto implica tener formas de pensar poco apegadas, abiertas al cambio y con una gran capacidad de adaptación.Evidentemente, no quiero hacer con esto un llamamiento al todo vale, porque hay hipótesis absurdas sin necesidad de estudios científicos que lo ratifiquen y también las hay de una gran certeza basadas en la mera experiencia,aunque para ser aceptadas como verdades hará falta someterlas al rigor de la ciencia.

La biomecánica estudia el cuerpo humano como una máquina y la influencia de las leyes de la física sobre esta ¿solo hay que tener en cuenta esto en el swing de golf? Por ejemplo, la velocidad de la cara del palo sólo depende de la velocidad de la cadera ¿Y qué músculos hacen que se mueva a esa velocidad? y el cerebro ¿ importa la velocidad al que este manda la orden a través del sistema nervioso? Y la visión ¿como influye en el swing de golf? Y las emociones ¿Cómo influyen en la ejecución y, sobretodo, en el aprendizaje? Son muchas las interrogantes que se me plantean y muchos especialistas en diferentes áreas los que estarán involucrados en buscar las respuestas.Científicos y expertos deberán trabajar conjuntamente para ir poco a poco dilucidando las claves de la eficiencia golfística. Aunque queda mucho por recorrer, vamos por buen camino.



 

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