Los primeros deportistas profesionales surgieron porque a alguien se le ocurrió que sería un gran espectáculo reunir a los mejores amateurs, y que estos, jugaran por un premio en metálico. La competencia entre los aficionados más diestros, un día comenzó a convertirse en negocio y, por lo tanto, en profesión.

La base del deporte profesional, desde sus inicios hasta ahora, siempre ha sido la misma, la afición.

Las empresas patrocinadoras y los medios de comunicación, se interesan por un evento deportivo, cuando estiman que va a tener un gran número de espectadores. Estos tienen el poder de hacer a un deporte de masas o de minorías.

Pongamos como ejemplo, el deporte más masivo, el futbol. Este deporte empezó como todos los demás. Y hoy en día, es lo que es, gracias a los aficionados.

Si no lo jugara y siguiera tanta gente ni saldría en la tele ni ocuparía tanto espacio en la noticias ni los futbolistas profesionales tendrían esos sueldos tan desorbitados.

Lo mismo pasaría en el golf si se aumentara el número de jugadores amateur ¿No?

Por lo tanto… ¿en que hay que invertir?

En mi opinión, no podemos esperar que tras la victoria de Sergio García en el Masters, el golf se vaya a convertir en el deporte de moda en España.Como tampoco podemos decir, que porque hay tres golfistas en lo más alto, estamos hablando del éxito del golf español.

Para crear jugadores no hace falta que los jugadores de golf profesionales ganen chaquetas verdes. Lo que hace falta es, simplemente, aumentar lo esfuerzos en incrementar el número de practicantes de golf.

Cuando un jugador profesional de golf gana un torneo del gran slam, en primer lugar el éxito es suyo. Después podemos ampliar la victoria a su equipo de trabajo, a su entorno y, por último, a su país. Este final es casi imposible de demostrar.

Para mí, no es un éxito del golf español que haya tres españoles en lo alto de la clasificación mundial. Es un éxito de esos tres jugadores, que han trabajado duro para reunir las habilidades necesarias para estar ahí arriba.

Creo que podemos hablar del éxito del golf de un país, cuando en la clasificación de un torneo aparecen muchas banderitas de ese país. Inglaterra es un buen ejemplo ¡y tienen peor clima que nosotros!

Si el ganador de un PGA, es un jugador de Zimbabue, no veo lógico hablar del éxito de golf del país. Cuando es el único jugador de ese país que ha participado y, seguramente, el número de aficionados de su país sea el menor de todos ¡Habrá que preguntarle a Nick Price donde se formó y como está el golf en su país!

En nuestra escuela, la mayoría de la gente no sabe quién es quién en el PGA tour y los niños menos. Alguno sí, pero…vienen a clase y juegan porque les gusta jugar, no porque quieran parecerse a nadie ¡Eso si que es golf!

Nosotros no hemos detectado que se haya acercado nadie a preguntar por clases porque hayan visto los espectaculares resultados de los golfistas españoles ¡Y eso que hay un canario, Rafael Cabrera Bello, que es un auténtico crack!

Hace poco he llegado a la conclusión que los golfistas profesionales dependen más del golf amateur que a la inversa.
No podemos afirmar que por la victoria de Sergio en el Masters o por 5 más, la gente se va a interesar por el golf en España.Los que juegan, a  lo mejor se compran su putt, pero lo otro no creo que funcione así.

Sin embargo, podemos asegurar que, si aumenta el número de jugadores en nuestro país, habrá más personas que podrán elegir el golf como profesión y los que la elijan podrán ganar más dinero.

Si queremos que el golf en España crezca, si queremos hablar del éxito del golf español, las instituciones tienen que empezar a hablar de promoción y no de tecnificación.

Destinar los esfuerzos económicos en crear masa, en vez de en tecnificar minorías, estadísticamente significaría el incremento de potenciales golfistas de elite. Económicamente, significaría una subida de ingresos, que a su vez aumentaría la posibilidad de hacer centros de alto rendimiento, si fuera necesario.

No sé cuánto le costaría a Seve su centro de alto rendimiento. Un hierro tres y dar golpes en la playa de Pedreña ¿Tecnificación?

En lo más bajo de la cadena alimenticia del golf están las escuela de golf y sus entrenadores, o…. ¿están en lo más alto?

Las personas se acercan al golf, se aficionan y se federan gracias a las escuelas. Los circuitos profesionales existen gracias a los aficionados, por lo tanto gracias a las escuelas. Las federaciones existen gracias a los federados, por lo tanto gracias a las escuelas ¿No deberían las escuelas cobrar una comisión de las federaciones, los circuitos profesionales, los campos, las marcas…por conseguir que la gente se acerque al golf y se aficione?

La victorias de los golfistas profesionales son para ellos y su entorno. Los beneficios lo mismo. Pero las victorias de una escuela de golf, de un entrenador de golf son además para el mundo del golf.

El mundo del golf en España se debería dar cuenta y tomar conciencia real que todo empieza en las escuelas y no me refiero a los colegios.

El deporte del golf crecerá en las escuelas de golf hacia arriba no del mundo profesional hacia las escuelas.

Son los aficionados los que hacen posible el mercado del golf. La única manera de hacerlo crecer es prestando un apoyo real a los viveros de jugadores ¡Las escuelas necesitan apoyo real!

Las entidades que tienen la facultad de ayudar a las escuelas, deberían sentarse con los que están día a día al pie del cañón y preguntar qué necesitan y no tratar de decir lo que tienen que hacer.

Creo que así funciona un poco nuestro país, lo vemos en política todos los días. A un farmacéutico le nombran ministro de golf y, faraónicamente, se convierte en el máximo conocedor del sector, por encima de los que llevan toda su vida en él y su formación es sumamente especializada ¡Esto es absurdo y peligroso!

Deseo que los golfistas profesionales españoles sigan cosechando éxitos, que sigan inspirando y motivando a muchos, que sigan creando espectáculo y haciéndonos disfrutar.

Como también deseo, que se tome conciencia de una vez, que el mundo del golf lo sostienen sus aficionados y estos provienen de las escuelas de golf.