Clases de golf en Español

Categoría: Enseñanza y aprendizaje (Página 20 de 22)

En la categoría enseñanza y aprendizaje Javi y Oski tratarán temas sobre su actividad principal, el proceso de enseñanza y aprendizaje en el mundo del golf. Enseñanza, porque es su trabajo, enseñan a diario a que la gente aprenda a jugar al golf. Aprendizaje, porque ellos siguen practicando e intentando mejorar su rendimiento en este deporte, y al mismo tiempo piensan que Playgolf escuela de golf esta en constante evolución, por lo que ellos deben seguir aprendiendo.

Es la categoría en la que deben profundizar los aficionados de este deporte para encontrar textos que les pueden ayudar y guiar en su desarrollo como golfistas.

 

El golf no es difícil,las olas son muy grandes.Un reto debería ser siempre divertido.

Tengo la suerte y el privilegio de trabajar muy cerquita del mar. La playa de las canteras, en Las palmas de Gran Canaria, está a 5 minutos caminando de mi trabajo. Nuestra escuela, PlayGolf, está situada en uno, si no el mejor campo de golf urbano de nuestro país,Las palmeras golf. Esta proximidad con el mar, me ha brindado la oportunidad de poder explicar porque considero que el golf no es difícil.

Desde aquí veo como entran la olas por el confital y como están de grandes en la Cícer. El surf siempre me ha atraído,desde pequeño  me ha llamado mucho la atención y hace unos 2 años comencé a practicarlo con cierta asiduidad durante unos 4 meses, gracias  a lo cerca que lo tengo del trabajo.

Cuando empezamos un deporte todos nos imaginamos haciendo grandes cosas. Vemos a los buenos y parece fácil. Si ellos pueden yo también y…, por supuesto, que esto es así, pero no cuando llevas tan sólo 4 horas de olas como entrenamiento.

Miras las olas desde fuera y no parecen tan grandes. Cuando estas debajo las ves de otra manera. Ya no te digo como las ves cuando te revuelcan y te hunden hacia la arena, en uno de esos miles de intentos fallidos que necesitas para conseguir subirte encima de la ola y bajarla de aquella manera, que es de todo menos glamurosa.

Creo que todo el mundo entiende que si eres un principiante en surf, no vas a empezar metiéndote hasta el  fondo y tratando de coger las olas más grandes. Probablemente, pensaremos que tratar de subirnos y cebar la espumita que dejan, estará más que bien para ir cogiendo las habilidades básicas y no jugarnos el físico en el intento. Puede que, incluso, hacer unos ensayitos en la arena de como subirse en la tabla, sea mejor idea aún, antes de ir directamente a las espuma.

En este deporte meternos en una ola que no nos corresponde puede suponer un riesgo para nuestra integridad física,creo que todos lo entendemos así. Parece lógico empezar aprendiéndo de lo fácil a lo difícil, es decir, adquiriendo progresivamente las habilidades técnicas y físicas necesarias para ir cada vez subiendo la dificultad de los retos, las olas. Si no lo entiendes así, cuando te pegues el primer revolcón contra el suelo lo entenderás, créeme.

Con esto no quiero decir que no llegará el día que tengas que dar un salto de nivel, incrementar la dificultad del reto, pero no cuando estás empezando. Hasta que lo fácil no deje de ser difícil y no deje ser un juego divertido, no deberías ir a por más estímulos. Si no lo ves así, deberías militar  en algún grupo de fundamentalistas islámicos, das con el perfil.

Si no soy capaz de ponerme de pie en la espuma ¿Como voy a ser capaz de ponerme de pie y bajar una ola ? Si no soy capaz de ejecutar bien un golpe corto de 20 metros ¿Como lo voy a ser con el driver a 200 metros de objetivo?

Os puedo asegurar que intentar meterte hasta donde nacen las olas, luchando contra ellas sin que te dejen avanzar devolviendote a la orilla, como si se estuvieran defendiendo de ti, es una de las sensaciones más frustrantes que he vivido.

No recuerdo cuales eran mis  sensaciones, emociones  y pensamientos cuando empecé a jugar al golf, era muy pequeñito, pero estoy casi seguro que eran las mismas que cuando empecé con el surf.

Llegas con tu tabla, miras al mar con ojo de experto «surfero», te visualizas cogiendo una ola tras otra, bajandolas de izquierda, de derecha con un estilo impecable y te dices:¡¡¡¡ Va a ser una mañana épica!!!! Claro, para pensar y sentir esto, previamente has tenido que ponerle un esparadrapo a tu sentido común para silenciar lo que está intentando decirte a grito pelado: «¡Insensato!¿Donde vas? tirate en la espumita, haz lo que puedas, todavía tienes poca experiencia y no dominas la técnica.  Conformate si logras subirte en la tabla. Algún día harás cosas increíbles, pero todavía no, te faltan horas de entrenamiento.»

Pensando y escribiendo esto, siento un escalofrío empático por dentro por la cantidad de gente frustrada que puede estar practicando deporte en este momento. Mejor dicho, que probablemente hayan abandonado un deporte por el simple hecho de no aceptar el nivel que tienen y no haberse enfrentado a los retos acordes con cada etapa del proceso de aprendizaje.

Vamos a hablar de golf, que es a lo que me dedico enseñar. Aunque muchas veces pienso que me dedico a enseñar como aprender y como enfocar este proceso. En una sociedad cortoplacista, orientada al estímulo rápido y los resultados inmediatos, es muy difícil aprender nada ni esforzarse por nada. A las pruebas me remito ¿como es posible que alguien se compre un aparato que promete ponerte en forma sin moverte del sillón de la tele?

Los campos de golf son enormes y sinuosos, son olas grandes y difíciles. La mayoría de los golfistas que surfean los campos de golf no están preparados para afrontarlos ni física ni técnica ni mentalmente o, por lo menos, no para exigirse los resultados o los golpes que se exigen y que se reflejan en sus handicaps. Por cierto, muy poca gente cumple ¿Algo está fallando aquí?

Que una ola grande te revuelque, es el equivalente en golf a jugar un par 5 de 520 metros desde amarillas o blancas, con árboles a las derecha y fuera de límites a la izquierda, cuando todavía no eres capaz de mover la bolas 120 metros y, mucho menos recta, perder 5 bolas y hacer 20 golpes. Suerte que existe la modalidad Stableford, los pobres surfistas no la tienen.

No sería más lógico empezar jugando alrededor del green ( espumita).Después pasar a un campo de pitch and putt o campo grande saliendo desde la calle ( ola pequeña) e ir subiendo la longitud y dificultad de los hoyos ( olas) a medida que mejoremos nuestra precisión y distancia.Y si no mejoro mi distancia o mi precisión ¿Qué tendría de malo ser toda la vida un jugador de putting green? o cuando llegue a un edad que ya no pueda mandar la bola a 200 metros ¿Qué tendría de malo jugar campos de pitch and putt y renunciar a campos más grandes? Absolutamente nada.Lo único que estaríamos haciendo es darnos la oportunidad de pasárnoslo bien siempre que juguemos al golf y no abandonarlo nunca.

Pues parece ser que esto no es tan lógico como parece. La mayoría de la gente no entrena lo suficiente para mejorar sus habilidades, encima se enfrentan a retos cada vez más difíciles, campos grandes y sinuosos y para más INRI se apuntan a torneos… no es de extrañar que el 99% de las veces que le preguntas a un golfista que tal está jugando te diga: » Fatal, voy para atrás como los cangrejos».

¡¡¡Pues claro que vais para atrás, mentecatos (que nadie se ofenda que yo también me incluyo)!!! Os habéis pasado tres pueblos mentalmente, cuando todavía no habéis llegado a la primera parada real. ¿ Qué hacemos ahora? ¿Hundirnos?¿Abandonar? Un rotundo, NO.

Nos hemos metido en las olas grandes, nos han revolcado, han hecho con nosotros lo que han querido. Pues ya está, mi nivel es de espumita, lo acepto y chapoteo en ella hasta que consiga mejorar mis habilidades  y, repito, no pasa absolutamente nada.

Imaginemos ahora a una persona que solo sabe hacer golpes cortos, de 30 metros hacia abajo y patear. Lo hace medianamente bien,pero de verdad. Conociendo la técnica y haciéndola cada vez mejor; no como esos jugadores que hay por ahí naufragando sin criterio, tratando de controlar la bola por arte magia,redescubriendo la técnica de golf y expuestos a cualquier consejo gratuito en el tee de prácticas.

Este jugador Sabe que todavía le quedan unos meses más de práctica personal y guiada para dominar estos golpes, y por el momento, sólo juega hoyos de esta distancia, porque no domina golpes más largos; ya lo hará.Este jugador pensaría: «Genial, me encanta el golf, ya casi domino el golpe corto y mis resultados van mejorando en esta distancia. Pero hasta que no controle el golpe largo un poquito más, no voy a dar el salto a campos más largos y, mucho menos, apuntarme a torneos. A no ser que sean de la escuela, para ir cogiendo soltura»

Esta persona estaría feliz con su deporte. Siempre se enfrentaría  a tareas que están acorde con su habilidad, a metas alcanzables; se lo pasaría en grande, porque se enfrentaría cada día a un reto que le supondría cierta dificultad, pero que sería capaz de superarlo porque dispone de los recursos necesarios.

Con el paso del tiempo, se iría dando cuenta que ya los golpes cortos no le suponen una dificultad, que puede subirse sin problemas en la espuma y llegar hasta la orilla. Entonces el reto dejaría de serlo, buscaría estímulos mayores subiendo el nivel de dificultad, campos más largos, olas más grandes y así continuar con un proceso enriquecedor que no tiene fin.

Golfista, escucha tu sentido común no lo silencies. Se consciente de cual es tu nivel actual, acéptalo y trabaja para superarlo. El golf no es difícil si eliges bien tu ola.

¡¡ Solo tenemos que dar marcha atrás cuando nos hemos pasado hacia delante!!

 

¿Cuánto se tarda en aprender a jugar al golf? Mejorar

Cuando empezamos una nueva actividad la pregunta ¿ Cuánto se tarda en aprender…? está muy extendida y popularizada.

En mi profesión ( Entrenador de golf) la escucho constantemente y siempre, no puedo evitarlo, se me pone un sonrisilla y contesto: » Nunca vas a aprender pero siempre vas a estar mejorando».

Opino que la palabra aprender no se utiliza de una manera correcta, o al menos, no de una forma que nos favorezca. En la mayoría de los casos, cuando se utiliza supone el fin de un proceso, en este caso el del aprendizaje. Creo que nunca nadie va a poder decir que ya aprendió a jugar al golf, igual que creo que nadie podría decirlo de cualquier otra disciplina.

Alguien podría decir que ya aprendió a hablar inglés, pero esto sería falso. Es verdad que ha incorporado ( aprendido) nuevos conocimientos y habilidades que le permiten comunicarse mejor en dicha lengua, pero siempre podrá seguir adquiriendo nuevas, es decir, aprendiendo; pero nunca podrá decir, ya aprendí el inglés, siempre podrá mejorarlo.

En mi opinión, sería mas correcto y mas sano para nuestras mentes pensar que vamos mejorando en distintas áreas de dicha disciplina, como por ejemplo en el golf: » He mejorado mucho mi backswing». Obviamente mejorar implica aprender ; es decir, adquirir una nueva habilidad, pero no deberíamos utilizar la palabra aprender como una conclusión, como el fin, sino como un paso más hacia nuestro conocimiento y dominio total de la disciplina.

Como le suelo decir a mis alumnos, pensando en el acelerador de un coche: » no se puede puede pasar de 0 a 100 por muy buen coche que tengas.Tendrás que ir acelerando, a veces mas rápido, a veces mas lento, puede que en algún momento tengas que mantener la velocidad, pero lo que está claro que vas a tener que pasar por todas la velocidades hasta llegar a tu velocidad de crucero» Tengo que confesar que a mi me gusta mas sustituir el cien por el infinito.

No pretendo desanimar a nadie ni que nadie se obsesione con la mejora. Mi intención es evitar la frustración que supone pensar que tienes que aprender algo en un tiempo determinado. La ilusión o el falso pensamiento que supone la palabra aprender cuando la elevamos al dominio absoluto de una disciplina.

Para llegar a tener un gran dominio en cualquier materia se necesitan muchas horas de observación, estudio, reflexión y práctica. Depende de cada uno decidir que nivel de maestría quiere alcanzar y que nivel de mejora. Cuanto mayor sea el nivel deseado mas dedicación y compromiso necesitará. Yo prefiero utilizar la palabra MEJORAR . Esta implica aprender pero sin fin, acercarnos al dominio dando pequeños pasos, disfrutando de cada velocidad hasta que pasamos a la siguiente.

¿Que tipo de profesor de golf tienes? II parte.

Profesor de golf

Profesor de golf

«¿Que tipo de profesor de golf tienes?» fue uno de los primeros artículos que escribí. La verdad, que me quede muy contento con el resultado, sabía que era un artículo que no gustaría a todo el mundo, pero esto es normal. Entonces llegan las críticas (las cuales me encantan y acepto), hay críticas y críticas: están las que se oponen a lo que escribes por el simple hecho de que no gusta el contenido y están las criticas buenas, como las que me han hecho llegar. La persona que las hace llegar, me había dicho que se había hablado sobre el blog durante la cena de navidad de su empresa del fin de semana pasado, y que había habido alguna crítica. Le pedí que indagara un poquito más y que me hiciera llegar los comentarios.

Lo que se comento fue lo siguiente: Cuando analizas perfiles, debes siempre hacerlo desde un punto de vista objetivo, no dejar clara tu posición, analizar los pros y contras de cada uno y dejar al lector que sea el que decida si uno, u otro, le gusta más o menos. Que bueno es escuchar a la gente que sabe. Aunque releyendo la entrada, creo que hay algo de esto (sí, soy cabezudo y me cuesta ceder, jajajaja), siendo realista, me decante por el perfil que más me gusta y no entre en profundidad a analizar los demás.

Lo que pretendo en esta entrada que escribo hoy, es analizar cada uno de los perfiles de profesor de golf que hay, sus cosas positivas, en que pueden ayudar a los jugadores de golf y en que cosas considero que fallan. Como ya dije anteriormente cada uno debe encontrar el profesor en el que confie y que le haga mejorar, sea del tipo que sea.

PROFESOR-CADDIE

Este tipo de profesor de golf tiene algo muy bueno, y es que hace que los alumnos practiquen en el medio que juegan, el campo de golf. Muchas veces, los profesores pecan de tener a los alumnos en la alfombra dando golpes una y otra vez, situación que no es para nada parecida a un partido de golf real. Esto de hacer que el alumno juegue en el campo de golf, e ir acompañado de un profesor hará que mejore en algunos golpes, sobre todo, yo diría que alrededor de green.

Otro aspecto positivo que veo a este tipo de profesor, es que hace que los alumnos caminen, esos paseos de hora, hora y media por el campo, harán que los alumnos fortalezcan sus piernas (aunque los hay que ya dan las clases en cochito, ESTO SI QUE NO!).

Los contras que veo a este tipo de profesor son dos. El primero es que no profundiza, ni se preocupa demasiado por la técnica, podríamos decir que «tapa agujeros», esto, a largo plazo no funciona, el alumno no cambiará patrones de movimiento y por supuesto, no los automatizará. Y el segundo es que aunque haga que el alumno practique en el campo normalmente repite muchas bolas desde un mismo punto (esto es poco real) y siempre acaba jugando desde la calle, siempre la tendencia es a mejorar la posición de la bola.

PROFESOR AMIGO

El profesor amigo genera mucha confianza, es tu amigo, confías en el. Estas muy agusto trabajando con él en las clases y siempre tiene una palabra bonita que decirte, muchas veces esta contigo más tiempo del que duraría la clase, incluso desayuna contigo en la cafetería y no le importa seguir dándote consejo. Este es una relación y un entorno en el que se puede mejorar, sin lugar a duda.

Por otro lado, opino que ese grado tan alto de amistad que se puede llegar a tener con el profesor puede ser contraproducente en algunos momentos,  puede llevar a un acomodamiento que haría que la mejora se frenara, ese entorno de comodidad/amistad puede hacer que la mejora del golf pasa a un segundo plano. Y como dije en la anterior entrada, el jugador tiene temor al cambio aunque vea que no esta mejorando, por miedo a no perjudicar esa amistad.

PROFESOR DE COMPAÑIA

El profesor de compañía rara vez va a hacer mejorar a sus alumnos, me refiero, a su rendimiento golfístico. Este, suele ser un profesor de tee de prácticas y de truquitos poco comprometedores para mejorar el golpeo de la bola. No profundiza en la técnica y no lleva al campo a los alumnos, difícil mejora del rendimiento puede haber en este caso. Y no pongo en duda que esos truquitos poco comprometedores de golpeo puedan hacer mejorar, pero si digo, que será a corto plazo.

El aspecto positivo de este tipo de profesor el alumno lo puede encontrar en el aspecto psicológico, normalmente hay una buena conexión alumno-profesor y el alumno sale de la clase mejor de lo que entró (aunque no sea técnicamente), como si hubiera ido  a la consulta del psicólogo, jajajaja.

PROFESOR NIÑERA Y PROFESOR MALO

Pese a quien le pese, de estos hay en el 80% de los clubes y campos de España. Y no pienso entrar al detalle, ni estrujarme la cabeza para intentar sacar algo positivo de estos, ¡no lo hay!. Como ya dije, se les puede detectar fácilmente, suelen estar haciendo grandes aspavientos mientras comprueban, mirando hacia todos lados, si alguien les esta mirando. Otra cosa se que suele hacer un profesor de este estilo, es hacer falsas promesas de mejora inmediata.

PROFESOR ENTRENADOR

Profesor de golf 2

Profesor de golf 2

Es ese PROFESIONAL que se preocupa por mejorar, que entrena a diario, que se atreve a probar cosas nuevas. Este profesor no tiene miedo a los cambios y tiene un motivación más pedagógica o de trasmisión de conocimientos que económica.

EL profesor entrenador no es una niñera ni es malo, por supuesto. No es un psicólogo, pero si domina aspectos psicológicos que pueden ayudar a los alumnos a mejorar su autoconfianza y enfoque mental en el juego. Puede que no llegue a ser amigo de sus alumnos, pero trasmite la confianza y seguridad necesaria para que haya una gran relación profesor-alumno. Gracias a su trabajo y conocimientos técnicos, ejercicios y planificación de entrenamientos, hace que el alumno mejore su golpeo y sea capaz de transferir esas mejoras al terreno de juego, el campo.

Para acabar, repito, que lo más importante es que el alumno mejore, si usted nota que mejora, continúe, si no nota que no mejora, no tenga miedo al cambio.

 

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